sábado, mayo 23, 2015

DESIGUAL

Decirlo daña...no hacerlo destruye.

Dónde queda todo lo que se dio?
Y en dónde lo que debía recibirse?
Si la entrada estaba vacía y
la salida siempre tan llena.

El interminable reloj de arena
resulta estarse acabando.
Y el inesperado futuro
solo deja al emisor como víctima malvada.
Y al receptor,
como una libre de culpa.

Sin justicia al momento, ni al final.
Y la detonación?

Quiza es el turno del explosivo erróneo. Porque la ruta que busca compaginar,
se desvía persiguiendo a la que no quiere cambiar su rumbo.

(En palabras más concretas)
YA NO AGUANTO MÁS!
Si al final,
el villano será el dueño de estas palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario