12:02 am
Cada cambio es propio,
y viene de adentro hacia afuera.
Debemos estar bien insanos
para intentar cambiar lo externo.
Aquel delirio irracional
a los ojos perezosos y obstinados
de muchos es el que cuenta.
Nacer,
crecer como otra forma de vida cualquiera,
reproducirse y morir,
no hace nuestras vidas relevantes.
Cada voluntad de trastocar la realidad y convertir nuestra pequeña gran casa en una agradable morada, lucha en contra de muchas otras que solo quieren ser comunes.
Las marcas de cada camino imponente son las que nos empujan a intentar dejar un vestigio mayor en cada voluntad con deseos de dejar mas huellas.
La dimensión del delirio colectivo
es el veredicto del cambio.
La legítima prosperidad es la demencia.
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