Miércoles , 1 de julio
10:54 pm
Somos los seres irradiantes de esta realidad…
Nuestras similitudes nos hacen diferentes.
Cada expresión expedida transmuta en
Y cada palpito repentinamente eufórico,
nos define dentro de la extensión
de universos que nos acompañan.
La música orquestal de de cada día concebida
se convierte en un impulso sin límite de elevación.
Somos lo que somos, y no somos lo que no conocemos aun.
Los verdaderos inmortales son los obstinados.
Los verdaderos inmortales son los obstinados.
Y los legítimos conformistas, todos los pusilánimes.
Si el mundo tuviese una sola definición,
no reconoceríamos el sentido de nuestra existencia.
Cada luz repentina se traduce en distorsión.
Y la distorsión es todo lo que entendemos y no puede explicarse.
(Momento de paranoia patrocinado por la mancha gris pensante)
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